El tiempo ha pasado. Concretamente 277 años. Pero los relojes Joseph Chevalier siguen siendo fieles al savoir-faire de la Vallée de Joux. Sus componentes, cada uno de sus movimientos, sus diseños… Todo, absolutamente todo, es una labor de artesanía que se realiza 100% en el valle suizo. Como en el siglo XVIII, cuando el mismísimo cabinotier Joseph Chevalier utilizaba la maestría de sus manos y su ávida mente para dar vida a una de las mejores creaciones de todos los tiempos.
Los componentes:
más de 193 obras de artesanía.
Entre las montañas que ocasionaron el nacimiento de la relojería complicada, se encuentra el lugar donde se crean los más de 193 componentes de los relojes Joseph Chevalier. Un trabajo solo apto para las manos de los mejores artesanos. Y es que el acabado de cada uno de ellos es clave para alcanzar la máxima precisión a la hora de medir el tiempo.
El diseño:
un toque de modernidad.
La belleza de la Vallée de Joux impregna el exterior de los relojes Joseph Chevalier. Un diseño que aúna tradición y modernidad para adaptarse a los nuevos tiempos sin olvidar el espíritu de aquellas primeras creaciones del virtuoso cabinotier.
El certificado COSC:
la calidad del valle.
Que un movimiento haya sido fabricado en la Vallée de Joux siempre es garantía de calidad. Pero que cuente con el certificado COSC, atestigua su eficacia y exactitud al medir el tiempo. No en vano solo logran superar sus siete exigentes pruebas los mejores movimientos del mundo. Entre ellos, los de todos los relojes Joseph Chevalier.
El movimiento:
engranajes que capturan el tiempo.
Al igual que la relojería complicada lo es para la Vallée de Joux, el movimiento es el verdadero corazón de los relojes Joseph Chevalier. Creaciones realizadas 100% in house que logran atrapar cada milésima de segundo en su interior.
Las decoraciones:
El arte de los detalles.
El savoir-faire que ha hecho famosa a la Vallée de Joux vuelve a la vida a través de las tres exquisitas decoraciones de los relojes Joseph Chevalier. El perlado, las Côtes de Genève y el acabado pulido aportan un toque singular a su interior y dejan patente que marcar las horas es un arte en todos los sentidos.
Los componentes:
más de 193 obras de artesanía.
Entre las montañas que ocasionaron el nacimiento de la relojería complicada, se encuentra el lugar donde se crean los más de 193 componentes de los relojes Joseph Chevalier. Un trabajo solo apto para las manos de los mejores artesanos. Y es que el acabado de cada uno de ellos es clave para alcanzar la máxima precisión a la hora de medir el tiempo.
Las decoraciones:
El arte de los detalles.
El savoir-faire que ha hecho famosa a la Vallée de Joux vuelve a la vida a través de las tres exquisitas decoraciones de los relojes Joseph Chevalier. El perlado, las Côtes de Genève y el acabado pulido aportan un toque singular a su interior y dejan patente que marcar las horas es un arte en todos los sentidos.
El movimiento:
engranajes que capturan el tiempo.
Al igual que la relojería complicada lo es para la Vallée de Joux, el movimiento es el verdadero corazón de los relojes Joseph Chevalier. Creaciones realizadas 100% in house que logran atrapar cada milésima de segundo en su interior.
El diseño:
un toque de modernidad.
La belleza de la Vallée de Joux impregna el exterior de los relojes Joseph Chevalier. Un diseño que aúna tradición y modernidad para adaptarse a los nuevos tiempos sin olvidar el espíritu de aquellas primeras creaciones del virtuoso cabinotier.
Vaulion
Movimiento manual.
Châtel
Movimiento automático.
Chasseron
Movimiento automático.